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Europa | Un lugar para las artes y el descanso

El Palacio Real de Olite es una maravilla cargada de historia

Visitar el Castillo de Olite, a orillas del río Zidacos, es adentrarse en uno de los enclaves más representativos de la Zona Media de Navarra. Una experiencia para descubrir todas las claves de uno de los edificios civiles góticos más importantes de Europa y viajar por la historia a través de sus altas murallas, sus jardines y su regio interior. 

04.01.2023 09:18 |  Palacio de Olite | 

El conjunto ocupa un tercio de la superficie del casco medieval del municipio. El palacio es una pieza indispensable en la vida de Olite. Es la sede, por ejemplo, del Festival de Teatro que se celebra cada verano y una postal ineludible de sus fiestas medievales.

Cuando se habla sobre el Palacio Real de Olite, en realidad se refiere únicamente a uno de los edificios que constituyen el conjunto monumental: el Palacio Nuevo. Ésta es sin duda la parte más extensa y emblemática. Los reyes de Navarra la construyeron una vez se les quedó pequeño el Palacio Viejo, hoy convertido en parador nacional de turismo.

Cuando Carlos III el Noble y su esposa Leonor de Trastámara ordenaron su construcción en el 1402, seguramente ya tuvieran en mente una obra tan monumental como así terminó siendo el Palacio Real de Olite. En tan solo 22 años, se completó un ambicioso proyecto que incluía siete torres, una muralla, jardines y una exquisita y opulenta decoración con todo tipo de detalles para que los reyes disfrutaran de lujos que eran poco habituales en la época.

La arquitectura del palacio no deja lugar a dudas del origen francés de Carlos III, que pertenecía a la dinastía d’Evreux. Los evidentes rasgos del gótico francés del exterior se combinan a la perfección con el influjo del arte mudéjar de su decoración interior.

Lamentablemente, el palacio sufrió un devastador incendio en 1813 y no fue hasta su reconstrucción, a principios del siglo siguiente, cuando se pudo volver a contemplar en todo su esplendor uno de los edificios civiles góticos más importantes de Europa. Tanto es así, que en 1925 fue considerado Monumento Nacional.

Ni el Palacio Nuevo ni el Palacio Viejo, pese a sus murallas y torres, se pensaron como fortalezas defensivas. Ambos fueron concebidos para el retiro y la paz. Como podrá comprobar en su visita, el Palacio Real de Olite fue uno de los palacios más suntuosos de Europa, orientado al disfrute y la cultura. Descubra en su visita sus galerías, sus cámaras reales y sus jardines, que llegaron a albergar un zoo de animales exóticos.

Si se coloca al pie de la Torre de las Tres Coronas, al otro lado de la entrada principal del Palacio Real, disfrutará de una de las vistas más impactantes del conjunto monumental.

Actualmente algún espacio del Palacio Real de Olite puede estar en obras de mejora del patrimonio.