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La Ruta Moche: cultura, naturaleza y excelente gastronomía
Ciudades de la época virreinal, como Trujillo y Cajamarca, y una propuesta gastronómica exquisita completan la sugerente invitación al descubrimiento de estas tierras.
30.09.2011 12:22 | Destino Perú |
La costa norte de Perú fue cuna de algunas de las culturas prehispánicas más importantes de América del Sur, las cuales dejaron un asombroso legado arquitectónico que hoy en día permite descubrir la impresionante organización de estas sociedades milenarias.
Hablar de circuito norte obliga sin duda a hablar de la “Ruta Moche”, un recorrido por la imponente historia de esta civilización, que entre los años 100 y 900 d. C. vivió en estas tierras.
Los templos piramidales y su cerámica realista son dos de las grandes señas de una identidad cultural que se puede ser apreciada en un gran número de sitios arqueológicos que, en pleno siglo XXI, abren al mundo las puertas de una civilización milenaria.
Muestra de ellos son el Museo Tumbas Reales de Sipán, considerado uno de los hallazgos más trascendentes del siglo XX y un gran ícono cultural de Perú; el Museo Brüning y el Valle de las Pirámides (Túcume); el Complejo Arqueológico El Brujo, donde conocerá a la Señora de Cao, la primera tumba de una gobernanta mujer descubierta en el continente; las Huacas del Sol y de la Luna; y Chan Chan, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Para los amantes de la naturaleza y la aventura se encuentran el Balneario de Huanchaco, ubicado a 13 km de Trujillo (aprox. a 20 minutos en automóvil), donde se puede apreciar los famosos “caballitos de totora”; y Chicama, la playa mundialmente conocida por poseer la ola izquierda más larga del mundo.
Por su parte, la Reserva de Chaparrí es una de las áreas de conservación más importantes. En ella habitan osos de anteojos, pavas aliblancas, cóndores y guanacos. Los guías expertos programan caminatas adecuadas para cada visitante.
Asismimo, para quienes prefieren descansar en medio del sol y arena, el balneario de Pimentel, ubicado a 10 km de Chiclayo, es ideal. Originalmente fue una pequeña caleta pesquera y hoy es un hermoso balneario donde los tradicionales caballitos de totora compiten sobre las olas con las tablas de surf.
Con restaurantes y hospedajes que ofrecen comodidad, es fácil visitar sus calmadas y apacibles playas Las Rocas y Playa Hermosa. Pero viajar al norte peruano no es solo una cuestión de cultura y naturaleza, es además sinónimo de buena mesa, de sabores inolvidables, de aromáticas recetas, de tradición que se remonta a la época de los tallanes y vicús; de mochicas y chapines. Es por ello que la gastronomía de esta ruta tiene ganado un merecido sitial en la gastronomía peruana y es considerada un atractivo turístico de esta parte del país.
Hablar de circuito norte obliga sin duda a hablar de la “Ruta Moche”, un recorrido por la imponente historia de esta civilización, que entre los años 100 y 900 d. C. vivió en estas tierras.
Los templos piramidales y su cerámica realista son dos de las grandes señas de una identidad cultural que se puede ser apreciada en un gran número de sitios arqueológicos que, en pleno siglo XXI, abren al mundo las puertas de una civilización milenaria.
Muestra de ellos son el Museo Tumbas Reales de Sipán, considerado uno de los hallazgos más trascendentes del siglo XX y un gran ícono cultural de Perú; el Museo Brüning y el Valle de las Pirámides (Túcume); el Complejo Arqueológico El Brujo, donde conocerá a la Señora de Cao, la primera tumba de una gobernanta mujer descubierta en el continente; las Huacas del Sol y de la Luna; y Chan Chan, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Para los amantes de la naturaleza y la aventura se encuentran el Balneario de Huanchaco, ubicado a 13 km de Trujillo (aprox. a 20 minutos en automóvil), donde se puede apreciar los famosos “caballitos de totora”; y Chicama, la playa mundialmente conocida por poseer la ola izquierda más larga del mundo.
Por su parte, la Reserva de Chaparrí es una de las áreas de conservación más importantes. En ella habitan osos de anteojos, pavas aliblancas, cóndores y guanacos. Los guías expertos programan caminatas adecuadas para cada visitante.
Asismimo, para quienes prefieren descansar en medio del sol y arena, el balneario de Pimentel, ubicado a 10 km de Chiclayo, es ideal. Originalmente fue una pequeña caleta pesquera y hoy es un hermoso balneario donde los tradicionales caballitos de totora compiten sobre las olas con las tablas de surf.
Con restaurantes y hospedajes que ofrecen comodidad, es fácil visitar sus calmadas y apacibles playas Las Rocas y Playa Hermosa. Pero viajar al norte peruano no es solo una cuestión de cultura y naturaleza, es además sinónimo de buena mesa, de sabores inolvidables, de aromáticas recetas, de tradición que se remonta a la época de los tallanes y vicús; de mochicas y chapines. Es por ello que la gastronomía de esta ruta tiene ganado un merecido sitial en la gastronomía peruana y es considerada un atractivo turístico de esta parte del país.
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